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olas

Sanar, si puedo sanar

SANAR… esa palabra tan profunda que aveces sentimos tan lejana  y algunas veces imposible… esa palabra que nos abruma cuando estamos en medio de un torbellino de emociones que duelen y que pensamos que serían eternas.

Sanar es no seguir controlado por lo que alguna vez dolio.

Durante mucho tiempo pensé que lograr sanar heridas era completamente imposible, que solo pasaba en las películas y los cuentos de hadas y princesas; que tal vez era algo que solo podían lograr las personas iluminadas o con poderes especiales… creía que sanar era olvidar, no volver a recordar nunca mas ese episodio de la vida que había sido dificil o que había dolido mucho.

En estos días, decidí sentarme a pensar en algunos de los episodios de mi vida, que en su momento fueron dolorosos para mi, y con sorpresa encontré que sin darme cuenta la gran mayoría de ellos hoy ya no duelen; se han convertido en solo recuerdos llenos de aprendizajes y lecciones que han ido construyendo el ser humano que soy hoy. 

Reflexionando en por qué hoy ya no me duelen como dolieron en su momento, o hasta hace algunos años, encontré que, desde la perspectiva que tengo hoy de mi vida, desde el lugar donde las estoy recordando, desde la narrativa que le estoy poniendo hoy a esas situaciones… ya no duelen.  No estan olvidadas, porque aún puedo recordarlas sin dificultad, son episodios que estuvieron en mi vida para darme lecciones y aprendizajes importantes para situaciones que viviría o viviré mas adelante.  Hoy se han convertido en recuerdos indoloros; recuerdos que hoy puedo narrar sin que me duela el alma y sin que rueden lagrimas por mis mejillas… algunas hasta las cuento con gracia y parecen anécdotas divertidas.

Después de reflexionar un rato, creo que puedo comparar ese sanar sin olvidar con esas heridas físicas que ocurren cuando nos cortamos o raspamos al caer, o cuando sufrimos un accidente; al final muchas de esas heridas terminan en grandes o pequeñas cicatrices que nos recuerdan que algo sucedió allí, pero cuando las miramos no experimentamos el dolor físico que produjeron en el momento en que ocurrió la herida.

Para mi este fue un ejercicio liberador! Hoy te invito ha revisar esos sucesos de tu vida que alguna vez dolieron desde tu Yo de Hoy, a ponerles una narrativa diferente y encontrar los aprendizajes importantes que te dejaron... y si te animas, cuéntame como te va.

Un abrazo grande!!

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Master Coach Carolina Casas Leaño

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